Un 0 y un tiempo para cada uno

El complejo de siempre, una cancha conocida y el primer rival que nos enfrentamos por segunda vez. Estos condimentos bastan para aclimatar el desarrollo del partido, más si con éste rival hay mucha afinidad entre jugadores, amistad, rivalidad y hasta traspasos en el mercado de invierno.

Un partido esperado, ambos venían de revertir marcadores desfavorables y llegaban con una porción de la punta a la cancha 4 de Recreo.

El inicio del partido mostró a Palo posicionado en el campo rival, con tenencia de pelota y mucha actitud para ir en busca de la apertura del marcador, especialmente volcado a la izquierda de la defensa de Don Bosco.

Por su parte, Don Bosco complicaba con un delantero de características similares al Seba Duso que le hizo la vida imposible a Gustavo pero no llegaban a inquietar al portero tricolor.

La jugada más peligrosa de la primera etapa estuvo en los pies de Lionel, tras una óptima apilada de nuestro mediocentro Cristian, que definió a las manos del guardameta rival.

Sin muchó más se fue el primer tiempo. Para el segundo Palo intentó un cambio de esquema que claramente le jugó en contra, perdiendo por completo la posición del balón y retrasando sus líneas.

Cuando el rival se quedó con 10 hombres parecía que el trámite volvía a ser tricolor, pero muy al contrario el rival tuvo la chance más importante de la segunda mitad exigiendo una gran respuesta de nuestro arquero.

Nada más para decir, un tiempo para cada uno. Nos quedó el sabor amargo de tomarnos revancha por el partido perdido en el verano y la convicción que no estamos para experimentar línea de 3, sino afianzarnos en el esquema que más cómodos nos sentimos y más resultados nos da.